tiktak


miércoles, 28 de abril de 2010

Tres años hace que te fuiste. La gente dice que el tiempo pasa muy rápido, yo creo que no, que el tiempo no pasa rápido si cada minuto es como si te clavaran una estaca en el corazón. ¿Sabes? cuando estabas todo era más fácil, creo que también era debido a que tu me defendías por encima de todo y de todos. Que difícil es vivir sin ti, sin tus gestos, sin tus consejos, sin tus sonrisas, sin tu compañía, sin ir al pueblo y no verte, solo ver tu fotografía, la misma que tengo en mi habitación rodeada de velas y que miro todas las noches antes de acostarme como si de ello dependiera que volvieses o no.
Que duro es esto, todavía no me acostumbro a ello y sinceramente dudo, que por mucho tiempo que pase, que pueda.
El otro día me colé en la casa de abajo y cogí un mandil de los que te ponías y lo olí, supongo que me gusta recordar tu olor, seguía oliendo a ti como cuando te marchaste. Todas tus cosas siguen en el armario, intactas, paradas. Como tu corazón. Se paró y solo teníamos noticias cada seis horas. Pero el día que te fuiste los médicos decidieron que no había necesidad de darnos más información. Acordándome de esto es cuando se me ocurre que no me gustaría que volvieses. Que no me gustaría tener siete vidas como los gatos. No soportaría perderte otra vez. Ni siquiera soporto recordar esa noche en la que te convertiste en el triste final de la bella durmiente. La llegada a Urgencias. El pasillo de los quirófanos. Las llamadas. La espera. Los paseos por ese pasillo. Mis lágrimas desesperadas. Tus tímidos gritos de dolor. Mi último beso y un te quiero final. La operación. Sueño y desesperación. Y tu triste final. Mi reacción al abrir la puerta de casa. La respuesta de mamá. Papá llorando. Y tu sin estar ahí para protegerme y ayudarme.
Y tres años después...aún sigo soñando que entro en casa y te veo.

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