tiktak


sábado, 24 de abril de 2010

Lo nuestro era ilusión en polvo. Viernes y domingo de incertidumbre, pulseras que perdieron tu olor, folios escritos arrugados en una papelera, esperanzas rotas dentro de un cajón. Lo nuestro era esperarte en un bar con pantalones nuevos y que siempre te retrasases unos minutos mas. Traerías tu copa en la mano y me hablarías al oído, me producirías escalofríos y sensaciones varias, me moría por ti. Tenías la fuerza de las personas cariñosas, te apreciaba tanto que para mi doblabas las horas para que los fines de semana fueses suficientes. Pero luego, llegaban las despedidas, con su desgarrarme los sueños y su nunca más. Siempre te quedabas más de lo que podías y luego te arrepentías sin decirlo. Teníamos algún que otro kilómetro en contra, dos vidas distintas y un futuro por separado. Y tú siempre tan lejos y a veces tan distante...Nunca llamabas cuando llegabas a casa. Y yo sufría. Cuando te contaba mil historias me prestabas tal atención que me sentía escuchada. Bebías a última hora sin ganas y la resaca del lunes la compartíamos. Tu silencio me dolía por todo el cuerpo. Te escribí una carta tan larga que pesaba más de la cuenta, y no te atreviste a tirarla, pero jamás contestaste. Los enfados los traducía a sonrisas. Y a mi se me pasaban. Yo, que creía que la palabra nostalgia solo se usaba en canciones y poemas demasiado cursis para encontrarles sentido. Yo, que lo veía como un término de esos que solo sirven para personas que mienten. Te pedí que me dejaras jugar un rato con ella. Nostalgia de las palabras que no sabías decir y que no hacía falta buscar. Nostalgia de buscarte con prisa y con el corazón en la mano. Nostalgia de ese poco tiempo que nos daba para tanto. Nostalgia de tus manos tocándome el pelo. Nostalgia de o vienes o me voy. Nostalgia de tu levantándote a por agua. Pero incluso tanta nostalgia sigue siendo la misma historia, aunque se quiera cambiar el final...

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